La visita tuvo una gran acogida, se cubrieron todas las plazas propuestas, desde dos días antes, ¡todo un éxito de convocatoria!
Quedamos a las 19 horas en la plaza del pueblo. Hubo gente que llegó en coche compartido o en autobús, pero allí, nos encontramos todos/as. Supuso una gran alegría conocer a otras cooperativistas, a los que nunca habíamos visto, y poder ver, en persona, a muchos otros, a los que sólo conocíamos a través de las pantallas, algo obligado en estos meses de confinamiento. Ya teníamos ganas de vernos, LA OSA hace comunidad y la cercanía, el tú a tú, es para ello, un factor importante.
Una vez reunidos todos, nos dirigimos paseando hacia la huerta. Fueron veinte minutos, que nos permitieron empezar a conversar y cambiar las primeras impresiones. Atravesamos el pueblo y a su salida, tomamos un pequeño camino, lleno de árboles y arbustos, que nos ofreció algo de frescor y sombra, volviendo el paseo aún más agradable.
Llegamos a la huerta y allí nos estaban esperando los agricultores Isa y Carlos, con ojos sonrientes, y empezaron a enseñarnos su bonita huerta.
Caída la tarde, empezó a soplar algo de viento, que unido a la luz que había a esa hora, nos ofreció unas vistas de la Huerta, situada en la Vega del Tajuña, realmente preciosas. Teníamos muchas ganas de seguir hablando entre nosotros, así que nos dirigimos a tomar una cenita ligera en un chiringuito cercano, compartiendo impresiones y charlando amigablemente.
Volvimos a casa, contentos por haber disfrutado de un entorno muy bonito, en buena compañía y de haber tenido la oportunidad de conocer, de primera mano, mucha cosas, interesantes e importantes, acerca de la comida que ponemos en nuestro plato.
Por Nati Camarero Socia de LA OSA
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