¿Quién determina el precio del kilo de fruta que compras en tu supermercado habitual? ¿Y quién garantiza la calidad y la frescura en la producción y la cadena de distribución? Miles de personas se están haciendo estas preguntas hoy en día gracias a la enérgica protesta de agricultores y ganadores de todas las partes de España y también de otros países de la Unión Europea. Por fin, la gente empieza a manejar números para entender estas quejas. Y también tiene herramientas para poner su granito de arena.
Los supermercados cooperativos son una de ellas. En La OSA, uno de los principios por los que ya más de 770 personas nos hemos agrupado es poder decidir entre otras cosas qué productos compramos y a quién se los compramos. Para escapar de especuladores que se quedan con gran parte del dinero aprovechando su fuerza de mercado. En busca de precios justos para los proveedores, tanto productores como distribuidores, que nos envían el fruto de su trabajo y para nuestros socios. Y conociendo siempre de dónde proviene cada alimento.
Cada producto a la venta en La OSA habrá llegado hasta las estanterías siguiendo seis criterios: impacto medioambiental, cercanía, producción ética, calidad del producto, precio y necesidades de los cooperativistas. Queremos ayudar a mejorar en empaquetados, a ahorrar en combustibles, a evitar pesticidas y a desterrar las adulteraciones. Con la transparencia en la selección y en los precios que da una organización en la que todos somos uno, propietarios-consumidores a la vez.
¿Y cómo puede conseguir una organización así mejores precios que una gran superficie? En primer lugar, gracias a la autogestión de las labores propias del supermercado, donde los propios socios de la cooperativa asumen un 75% de las tareas del supermercado a razón de 3 horas cada cuatro semanas, se consigue una disminución de los costes operativos del supermercado. En segundo lugar que somos una cooperativa sin ánimo de lucro que no reparte dividendos al capital invertido en la cooperativa, evitando tener que encarecer el precio de venta final con ese extra que requieren los inversores de cualquier empresa capitalista al uso. Y en tercer y último punto, somos un supermercado y podemos aprovechar las ventajas de comprar a volumen. Así que, cuantos más socios logremos ser, más barato resultará comprar sin tener que presionar a los pequeños productores.
Existe otra forma de comprar, otro modelo de consumo, otro tipo de sociedad. El que está de lado de los agricultores y ganaderos familiares. Alejado del sistema consumista, de las importaciones de «frescos» desde el otro lado del planeta y de los plásticos que propone la gran industria alimentaria, el comercio personal, natural y de cercanía de los supermercados cooperativos.
Decide qué comes, da el paso, infórmate. Conoce el proyecto La OSA a través de nuestro FAQ, vídeos y podcast. Ven a vernos y a charlar a nuestros encuentros o déjanos tu contacto y resolveremos todas tus dudas. Esto ya está en marcha, el cambio es real.