Efectivamente es un año para olvidar. Una cosecha pésima en cantidad, calidad y precio.
Todo empezó en mayo. El inusual calor de finales de mayo coincidió con la floración. La flor es el órgano más delicado de una planta. Para su cuajado y formación del fruto de manera óptima, tienen que darse unas condiciones de humedad y temperatura adecuadas. El calor de mayo abraso literalmente la mayor parte de las flores, viéndose mermado el cuajado del fruto y por consiguiente la cosecha que acabamos de finalizar.
Los pocos frutos que pudieron formarse, se vieron sometidos a un riguroso y largo verano, seco y con temperaturas muy altas. Esto hizo que el fruto sufriera y el pedúnculo se debilitara. ( El pedúnculo es lo que une la aceituna al olivo ).
Entramos en otoño con un pedúnculo débil y sin previsiones de lluvia. Si hubiera llovido en septiembre, como los días son aún largos y hay temperaturas suaves, no solamente se hubiera fortalecido el pedúnculo, sino que la aceituna hubiera producido más aceite. De hecho, «los viejos del lugar» decían: «cuando llueve en septiembre no cae agua, sí no aceite».
Ya en pleno otoño vinieron fuertes vientos antes que el agua. La tormenta perfecta para que con un pedúnculo marchito, gran parte de la cosecha que quedaba se cayera al suelo.
Pero eso no es todo. El agua vino pero tarde, coincidiendo con unas temperaturas también inusualmente suaves para finales del otoño y comienzos del invierno. Esto provocó que en un olivo sediento por los rigores del año que había sufrido, retrasara su parada invernal y comenzará a absorber agua de forma desmedida.
Parte de ese agua fue al fruto. La aceituna engordó mucho, se la veía brillante, lozana y turgente. Era apariencia, la mayor parte era agua.
Ya en el molino, hay un proceso entre la molienda de la aceituna y la extracción del aceite que es el batido de la masa. En este proceso, el aceite comienza a separarse del resto de la pulpa batida. Cuando una aceituna viene con mucha agua, la masa se emulsiona, impidiendo su correcta separación de «fases» y por consiguiente la merma en el rendimiento graso. Es decir, que cuando la aceituna viene con mucha humedad, no solamente trae proporcionalmente menos aceite, sino que es mucho más difícil su extracción, disminuyendo considerablemente el rendimiento graso, que es la relación entre el peso del fruto y el aceite que sacamos.
La aceituna cornicabra en condiciones normales da una media entre un 20 y un 25 % de rendimiento de aceite. Nosotros en nuestra almazara, con las condiciones particulares para la obtención de la máxima calidad de aceite: molturación en menos de 24 horas, poco tiempo de batido y en frío; no solemos sacar más de un 16 %. Este año no hemos llegado ni a un 12 %.
A todo esto, hay que sumarle los costes de producción, elaboración y envasado. Que como ya sabemos, llevan un año al alza.
El año pasado, como hubo una buena cosecha y rendimiento, pude y quise mantener el precio del aceite, a pesar de las subidas y machaques constantes en el mercado y en los medios de comunicación a lo largo del año. No así este año, por la merma en la cosecha y rendimiento como os he expuesto.
Si yo hubiera subido el aceite paulatinamente a lo largo del año pasado como ha hecho todo el mundo, la subida no hubiera sido tan cuantiosa y tan repentina este año. Pero yo como siempre respeto el precio que pongo a comienzos de la campaña todo el año, ahora me ha tocado subirlos a muy pesar mio de forma súbita.
Por un trato especial con LA OSA, para apoyar su labor y compromiso tanto con los consumidores como con los productores, este año solamente me he fijado un margen bruto de beneficio de un 5 %, una ruina. Todo sea por tratar de contener la subida de precios, en un producto tan nuestro y necesario en el día a día, tanto en la cocina, como para nuestra salud. Ya vendrán tiempos mejores !!
Este año el gobierno ha reducido el IVA del aceite a un 5%, antes estaba al 10 %.
Supongo que habréis oído un dicho popular: «Es más largo que una feria sin dinero». Pues bien, este año va ha ser muy largo.
Muchas gracias por vuestra fidelidad, cariño, labor y compromiso.